jueves, 19 de noviembre de 2009

ESPIRITU EMPRENDEDOR



El grupo Bagó es un reflejo de sus hacedores. Hoy, tanto Juan Carlos como Sebastián Bagó llevan a cabo múltiples actividades y negocios. Pero mientras que el primero focalizó su atención en la cría de caballos de raza, viñedos y emprendimientos vinculados con la pesca, el segundo se dedicó a la actividad académica y de impulso a las empresas.

Durante 30 años, Sebastián Bagó fue profesor de Costos en la carrera de Administración de Empresas de la Universidad Católica Argentina y uno de los miembros directivos de esa casa de estudios. "Así como Pérez Companc fue mecenas del IAE, Sebastián (Bagó) lo fue de la UCA", recuerda uno de sus más estrechos colaboradores. El proyecto de mudar la sede universitaria a Puerto Madero fue en parte gestión de él.

Bagó también es uno de los fundadores de la influyente Asociación de Empresarios Argentinos (AEA) y de la Cámara Industrial de Laboratorios Farmacéuticos Argentinos (CILFA), con gran poder de lobby durante las negociaciones de las leyes de Patentes (que se sancionó a mediados de los ´90) y la de medicamentos genéricos (2002).

En la década del ´90, fue uno de los impulsores de las Fundaciones Exportar e Invertir. Ambas continúan activas al día de hoy, aunque Bagó se fue desvinculando para crear otras. Así, en 1995, lanzó un programa de apoyo a pequeñas y medianas empresas Invertir en PyMEs, en el que también involucró a representantes de universidades, empresas y bancos. En seis años, más de 400 empresas recibieron un acompañamiento en la formulación de su plan de negocios y un 30% de ellas obtuvieron también financiación.

Durante la crisis de 2001, el programa debió suspenderse. Pero quedó la vocación por emprender, que se plasmará en pocos meses cuando salga a la luz la Fundación Empresa Global de Investigación y Competitividad Bagó. La actividad principal de la fundación será "convertir a los fabricantes de bienes y servicios en empresarios con clara visión del mercado y los negocios", afirma el empresario a FORTUNA. Los programas tendrán un enfoque práctico y estarán destinados a propietarios, directivos y sucesores de PyMEs dinámicas y con vocación de crecimiento. Se dictarán talleres abiertos sobre todas las áreas de gestión empresaria y cursos in company según los requerimientos de cada organización. Las actividades no se limitarán a la capacitación de los empresarios, sino a un proceso de coaching para ayudarlos a lograr financiamiento o inversiones.

El propio Bagó es miembro del Club de Inversores Ángeles del IAE y es un mentor entusiasta de numerosos emprendimientos y start ups, a los que aporta no sólo financiamiento sino sus conocimientos y contactos en el mundo empresarial. Fue con este espíritu que, como representante de una empresa argentina que se hizo multinacional, Bagó fue invitado durante la Semana PyME (ver recuadro) a dar una charla para los empresarios allí congregados.

EL SECRETO DE MI ÉXITO
Metódico y con gran capacidad de delegación, Sebastián Bagó cultiva las dos virtudes que más pregona. Tal vez sea esta la clave para poder ocuparse de tantos temas y hacerlo satisfactoriamente. No hace personalmente las cosas, pero sabe quién lo puede hacer por él.

Hay una frase que repite siempre: "Hay que ir de lo material a lo inmaterial". Hoy valen más los bienes intangibles, como las marcas y los diseños, que los propios productos. "Los empresarios argentinos tenemos que hacer un cambio de paradigmas: orientarnos más al producto que al commodity, más a la calidad que a la cantidad y más al mercado que a la fábrica", sentencia.

Para crecer, dice Bagó, "se necesita voluntad y un ambiente propicio. En la Argentina tenemos hoy algunas ventajas coyunturales, como el tipo de cambio. Aprovechémoslo. Pero no hagamos un plan de negocios a largo plazo pensando que va a ser siempre así", advierte.

"En la Argentina –indica–, tenemos buenos recursos naturales y humanos. Podemos intercambiar inteligencia, talento y creatividad. En el comercio internacional, los países que mejor tienen a su gente son los que intercambian bienes inmateriales. La clave no es bajar el precio, sino agregar valor a nuestros productos".
Hoy, más que nunca, el empresario está abocado a su actividad casi docente y de acompañamiento a nuevos emprendedores. Su fundación, que comenzará las actividades a más tardar a comienzos de 2007, tiene un objetivo central: apoyar a las PyMEs para que se hagan grandes, como hizo con su propia empresa.

Año 2006- Revista Fortuna

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